12/3/11

Las crisis de las distintas etapas de la vida son inevitables y hay que aceptarlas, porque es la aceptación la que las convierte en el motor de una nueva forma de existencia. Vivir es un perpetuo estado de incertidumbre que nos obliga a todos a caminar en la cuerda floja intentando a cada paso mantener el equilibrio y las crisis son las que nos mueven las estructuras y nos hacen perder ese equilibrio.